El castillo o alcazaba de Montemolín se encuentra situado en
la población como su mismo nombre indica, dentro de la provincia de Badajoz.
Está alejado de la población, sobre un cerro.
Fue la última fortaleza extremeña recuperada a los árabes
durante la Reconquista. El castillo pasó a formar parte de la Orden de Santiago
a mediados del siglo XIII. El recinto de la fortaleza es muy grande, lo que da
idea de la importancia estratégica que tuvo Montemolín.
Su gran e irregular estructura de numerosas torres, se
adapta perfectamente a la forma del cerro.
En el interior hace años existió una iglesia dedicada a
Santo Domingo, hoy destruida por completo.
Esta alcazaba se adapta a las condiciones del terreno y es
construido en mampostería. A los lienzos de la muralla se adosan torres
cuadradas de pequeño tamaño, repartidas a lo largo de los muros y una torre
posterior de sección semicircular; la disposición de las torres responde a la
tipología almohade, al igual que el grosor de sus muros y el tapial con el que
se levantan. De época santiaguista es la Torre del Homenaje, modificada para
ser adaptada a albergar la Casa de la Encomienda de la Orden de Santiago.
Conserva la puerta en recodo, mediante una entrada con secciones quebradas para
aumentar la vigilancia y dificultar el asedio, también algunos aljibes,
mazmorras y otros restos que expresan su antigua grandeza.
Se encuentra en estado de ruina, pero se han construido sus
muros y torres, reduciendo así el rápido deterioro al que estaba sometido.
Durante la dominación musulmana, en el período almohade se
crea toda una estratégica línea de fortalezas por la provincia que impidiera el
avance cristiano por el norte; sin embargo, tras la reconquista, Montemolín
pasa a manos de la Orden de Santiago al ser donado por Fernando III.